¿Que pasa con los que quedan?

Introducción

Fumetsu no anata e es uno de los pocos mangas que me ha hecho llorar, me hizo recordar a mucha gente que se ha ido de mi vida, personas que si bien estuvieron poco tiempo en ella fueron un hito importante, desde el punto de vista personal hasta en el ámbito laboral.

Me devolvió recuerdos de aquellos que se fueron y me hizo pensar en cosas en las que no había caído en cuenta. Por lo mismo, quiero compartir algunas ideas con la gente, divagar un poco, y reseñar esta gran obra.

Pero bueno, antes de ponernos profundos, hablemos un poco respecto al manga/anime sin mucho spoiler, la obra trata sobre una bola cuyo único fin es conseguir la mayor cantidad de experiencia sobre el mundo antes de que éste acabe, para esto, esa bola toma la forma de seres que mueren cerca de ella, (primero como moho, luego como animales y más tarde como humanos) con emociones fuertes en su mente, la bola al obtener su cuerpo, también obtiene sus instintos y sus habilidades, sin saber exactamente lo que significan sus emociones, parte de la primera parte de su aventura, trata sobre como comprender la forma en que Fushi, nuestra protagonista, empieza a comprender que significa perder a la gente a su alrededor, y como relacionarse con la marca que dejan después de su muerte.

¿Qué pasa cuando morimos?

               Iba a escribir respecto a la muerte en diferentes culturas, pero hay tantos puntos de vista que me iba a terminar enredando, así que solo hablaré de cultura general. Como dato freak, la biblia casi no hace mención al paraíso, si no que dice que al morir, pierdes conciencia de todo y vuelves a la tierra (Salmo 146, 4), los sumerios tenían el Irkalla, un lugar al que iban las almas y no podían volver, custodiado por la diosa Ereshkigal (si, lo aprendí por Fate), Los griegos tenían el hades y los campos elíseos, la mitología hindú habla sobre los Narakas y el Swarga, lugares por los que pasa el alma antes de seguir por su camino de reencarnaciones hasta logar la liberación espiritual (Moksha), de esa forma, casi todas las culturas y religiones tratan la muerte de formas similares, donde el alma recibe su castigo o premio respecto a como se comportó en vida.

Ereshkigal
Esta no es la rubia preciosa del animu, pero es la original (Fuente: Wikipedia)

               Esta serie lo trata de forma un poco diferente, donde el alma empieza a formar parte de la vida del ser inmortal que llegó a la tierra para aprender, un libro en blanco, que poco a poco empieza a ser escrito, cada una de estas almas son absorbidas por Fushi, nuestro/a protagonista, que tras morir dejan una huella en él/lla.

Todas mis fuentes son Wikipedia.

– Pero, ¿Cuánto de esto se relaciona a la vida real?

Todos somos Fushi.

Si bien no somos inmortales como el, cuando alguien cercano muere, nosotros tambien mantenemos algo de ellos, aunque sea los recuerdos de algo bueno, o malo que hayan hecho, las experiencias en común hasta los sentimientos que hayamos tenido en común, al igual que fushi, con la influencia de los que nos dejan poco a poco maduramos y nos formamos como alguien nuevo, que eventualmente podría tener el mismo efecto en otras personas, hay quien dice que realmente morimos cuando somos olvidados, pero esta serie me hizo preguntarme, si nuestra forma de ser está influenciada por aquellos que murieron y la de ellos igualmente por gente que conocieron, realmente mueres cuando la última persona que recuerda tu nombre lo hace?

In memoriam.

Cuando leí este manga, luego de ver los primeros 3 capítulos del anime recordé a mucha gente cercana que ha partido de mi vida, tanto por causas naturales, como por la pandemia, esta serie me reconfortó un poco con el hecho de reconocer que a pesar de que se fueron, aún están dentro de mi, dentro de mis experiencias, de mis actitudes, forman parte de lo que fui, lo que seré, tanto yo, como cualquier persona cercana a ellos, de igual manera, ellos seguirán existiendo a través de las personas que me conozcan cuando yo muera.

En memoria de María, Lucía, Carlos, Ivonne, Dagoberto, Edmundo y Alejandro, y con cariño para todos aquellos que, si bien no han muerto, han pasado por mi vida y dejaron su marca en ella.