El Legado de Kai - Capítulo 5 - Los fantasmas existen
Capítulo 5: Los fantasmas existen
Recuerdo muy bien el día cuando conocí a Roy. Yo me encontraba en las afueras de la sede principal de la SD gritando con el fin de que me aceptaran recluta, en eso Roy llegaba de atender una emergencia donde habían herido a varios soldados.
Después supe que ese mismo día su compañero renunció debido a que él era muy torpe en su trabajo, además de tener múltiples quejas por no cumplir con las misiones asignadas por andar viajando para avanzar en sus investigaciones.
Fue una increíble casualidad de que su superior estuviera en el lugar presenciando aquella escena y sin pensarlo dos veces decide colocarnos como pareja para trabajar.
En tan solo dos años hemos podido viajar por toda Peresse y Basilia en busca de algún indicio con el cual podamos comenzar algún tipo de cura para los inhumanos.
Roy ha tenido que pasar por muchas humillaciones debido a su objetivo. Cada vez que vuelve a la sede principal sus compañeros lo desmoralizan con frases típicas cómo “¿Qué puede lograr un idiota cómo tú?” o “¿En serio piensas que tú solo podrás lo que nadie más pudo?”. Y él siempre contesta mientras voltea para verme con una sonrisa “Ya verás cómo en un par de años mi nombre estará en la cura. Y cuando eso pase vendré por todos ustedes para invitarles una botella por motivarme a seguir”.
Él está decidido a completar su meta, por lo mismo no se me hace que de vez en cuando haga cosas fuera de lo común para seguir avanzando. Pero lo que está haciendo ahora mismo es una completa locura.
– ¡Loco, cuidado y le disparas de verdad porque ahí si terminas con todo Roy!
– Después de todo lo que he pasado ¿Tú crees que me dejaré intimidar por un anciano?
– (Incluso dejo de ser respetuoso, de verdad que puede dispararle) Vamos déjalo Roy ¿Recuerdas lo que pasó con Kemuri? Tú no eres capaz de matar una mosca.
Lo abrazaba por uno de sus brazos para intentar alejarlo del director, pero de la nada esté se vuelve tan pesado que no podía moverlo ni un centímetro, es como si desde la nada se volviese un poste.
– Más te vale hacerle caso a tu compañero niño ¿Sabes lo que causarías por matarme? Mi vida vale más que la de un niño rico bueno para nad…
Rápidamente golpeó con el mango de mi arma el rostro del científico haciendo que se desmaye al instante.
– * Pffff * Eso estuvo cerca… ¿No te he dicho que yo soy la que debe ensuciarse las manos? Que me despidan a mí no pone en peligro tu objetivo.
– Gracias, pero no solo le iba a disparar porque fuera un viejo irritante. Desde que entró a la habitación mi ojo izquierdo no ha parado de dolerme.
– ¿Enserio? Pero este no tiene cara de inhumano -Le pico el rostro usando la punta de mi katana- No creo que me doliera por él, más bien debe haber inhumanos cerca de aquí. Digo, sé que suena obvio por donde estamos, pero ya tú me entiendes.
– Jejeje ya veo que volviste a la normalidad, por favor contrólate o tendré que darte golpes más fuertes. ¿Y ahora qué hacemos?
Antes de que mi contrario respondiera algo el director de despertó para levantarse del suelo como si nada. Me sorprendió al principio como pudo resistir uno de mis golpes, pero de inmediato decido cargar sobre él nuevamente, sin embargo, justo antes del impacto sostiene mi katana con fuerza.
– Niños imprudentes. Debería matarlos, pero después, no obstante, tu niño pirata…
– ¡¿Otro apodo?!
– Si es cierto lo que dijiste entonces es buena idea mantenerte en el juego.
– ¿Juego? ¿Qué piensa hacer con mi compañero?
– Nada que no me perjudique a largo plazo.
Éste suelta mi arma, permitiéndome poder alejarme poco a poco de él junto a Roy mientras manteníamos nuestras posiciones de defensa.
– ¿Entonces quieren ver lo que hacemos aquí con los inhumanos que capturamos? Venga conmigo y se los mostraré.
– ¿Y crees que confiaremos en ti?
– La verdad Kai, creo que no tenemos muchas opciones después de todo.
– Mejor te hubiera dejado dispararle en toda la boca -Apunto el filo de mi arma hacia nuestro contrario- Te advierto que si es una trampa no escatimare en gastos para matarte.
El científico solo se limitó a reírse por mi comentario. Al salir de la habitación lo seguimos hasta una puerta la cual tenía unas escaleras que conducían hasta las profundidades del laboratorio.
Al asomarme por el barandal y mirar hacia el abismo podía notar lo profundo que era el mismo, por más que intentara no podía ver dónde terminaba.
Mientras bajábamos las escaleras me tropecé apropósito para dejar caer una moneda y contar cuantos segundos pasaban mientras caía con el fin de calcular la altura donde nos encontramos.
– (Uno, dos, tres, cuatro, cinco… Nueve, diez, once… ¿Qué tan profundo es esto? Por lo menos esto mide más de medio kilómetro)
Pasaron los segundos y nunca sonó el choque de la moneda con alguna superficie.
Bajamos durante un par de minutos hasta que encontramos con una puerta la cual era de acero puro y tenía varios cerrojos que abrir. Nuestro contrario saca de su bolsillo un manojo de llaves para abrir aquella puerta.
Al abrirse la entrada vemos cómo hay un largo pasillo con poca iluminación, hasta cierto punto este ambiente se sentía más abrumador cualquier cuento de terror que te contasen de pequeño.
El ojo izquierdo de Roy comenzó a dolerle mientras más se adentrarse en aquel corredor por lo cual este caminaba un poco más lento hasta que en cierto punto cae al suelo.
– D-demonios… ¿Cuantos inhumanos tienen ahí dentro? Por lo menos deben ser más de cien…
– Ciento catorce en total. No esperaba que el pequeño experimento de los Blackwell fuera tan precisó.
– -Desenfundo un poco mi katana para intimidar al científico- Cuida tus palabras que yo sí corto sin pedir permiso.
– Jejeje ya no dejan a uno alagar los de los demás, me adelantaré un poco.
Éste decide adelantarse debido a nuestro atraso. Retrocedo un poco para acercarme a mi compañero y así poder ayudarlo a levantarse del suelo cargando su cuerpo en mi espalda.
Por el dolor Roy trataba de hundir la parte izquierda de su rostro en mi intentando apaciguar un poco el dolor, pero mientras más pasos diera más le dolía.
– D-diablos Kai, a este paso el p-parche no aguantará…
– Solo cálmate y respira hondo, no puedes echarte para atrás en este punto.
– S-solo arráncame el ojo con tu katana p-por favor…
– Si sigues así te arrancaré algo que hará que llores de verdad, mira que soy yo quien te está cargando.
Seguí avanzando hasta alcanzar de nuevo al científico raro el cual nos esperaba al lado de otra puerta al final del pasillo. Este acerca su mano al rostro de Roy por lo cual levanto mi brazo con fuerza intentando cubrirnos a ambos de nuestro contrario.
– Cálmate, solo quiero ver la reacción de tu compañero al abrir la puerta ¿Acaso no puedo?
– Como si te dejara vejestorio.
– A-aunque quisiera te tengo malas noticias -Responde Roy mientras se baja de mi espalda-
Con dificultad Roy logra levantarse por solo para acto seguido llevar sus manos hasta el parche en su rostro y retirárselo, abajo del mismo estaba el su parpado superior cocido a su parte inferior. Su ojo izquierdo estaba completamente sellado.
– Oh… Que lastima, en verdad esperaba poder en todo su esplendor la creación de los Blackwell, después de todo tu simple existencia hace que este lugar se mantenga en pie.
– ¡Cállate! -Este aprieta su puño el cual tenía entre el mismo su parche- No me importa con qué fin fue creado, yo lo usare para acabar con la existencia de los inhumanos.
– … Entonces hazlo.
Este abre la puerta que estaba al frente de nosotros para darnos vista de lo que estaba en el otro lado, sin embargo, no dimos cuenta al instante que no queríamos estar aquí.
Al otro lado había un gran cuarto que se extendía a lo lejos con varios pisos tanto para subir como para bajar. Al avanzar un poco más notamos como había celdas por todas partes las cuales tenían encadenados dentro de las mismas inhumanos y personas por igual.
Varios gritos comienzan a resonar desde lo lejos los cuales hacen que mi cuerpo se estremezca por el sufrimiento que expresaban lo mismo. Llantos, chillidos, suplicas, todo por igual sonaban a la vez, si el infierno existiese esto sería lo más parecido posible.
Aquella escena me causo tanta impotencia que decidí voltear inmediatamente hacia atrás para hacerle frente al que se suponía que dirigía todo este lugar. Sin embargo, de la nada cae al frente de mí una persona la cual su cuerpo se estrella con fuerza con el suelo causando que varios de sus huesos se rompan.
Eso causo que me aterrara como nunca, me lance sobre el suelo para retroceder lentamente de aquel hombre. Toda su sangre se había esparcido alrededor cayendo un poco sobre mi ropa.
Al principio titubeé un poco pero el pavor estaba creciendo dentro mí por lo que no pude evitar gritar con todas mis fuerzas. Aquel grito fue tan fuerte que tan solo por un segundo logre silenciar todo el lugar el cual tenía semejanzas a un manicomio.
Roy al ver mi estado se acerca a mí para darme un abrazo mientras tapa mis ojos para que pudiera calmarme un poco.
– ¡¿Qué mierda hacen aquí?! Se supone que deben investigar inhumanos ¿Por qué también hay personas encerradas aquí?
– Claro que estudiamos a los inhumanos, pero para eso necesitamos ver cómo evoluciona la metamorfosis desde que son humanos.
– ¿Desde que son humanos?… Ósea que…
– Solo traemos a personas acá, voluntarios que ofrecieron sus vidas para poder experimentar con sus cuerpos sin importar morían en el proceso.
– Tienes que estar bromeando… -Roy empieza a abrazarme con más fuerza- ¡Nadie se ofrecería voluntariamente a esto!
– Si supieras niño, déjame contarte cómo llegamos a este punto.
Aún tenía los ojos tapados gracias a Roy, pero aun así podía escuchar claramente mi entorno. Antes de que el científico comenzará a contarnos lo que pasa percibo como este trata de encender un mechero, lo más probable es que tratará de fumar un cigarro.
Primero comienza explicándonos que Hokori venía estudiando a los inhumanos desde siglos atrás como cualquier otro país. Pero, en las últimas décadas hubo un cambio en el enfoque con respecto al tema debido a que ya no querían ver una manera de evitar la metamorfosis inhumana, querían usarla a su favor.
Resulta que en muy raras ocasiones cuando una persona se convertirá en un inhumano suceden los “Singulares”. Transformaciones fallidas que dejan secuelas en el individuo, ya sea un nuevo aspecto o habilidades fuera de lo común.
Esto era surrealista, no podía creer que debajo de la capital hubiera un lugar donde hicieran sufrir a gente con el único fin de hacer “armas” de los monstruos que nos han atormentado toda la vida.
– L-los tratan como ratas sin valor… -Sostengo con mis manos temblorosas el brazo de mi compañero- Ustedes son los verdaderos monstruos…
– Por estas cosas no me gusta hacerles tour a los jóvenes.
– -Roy saca su arma para apuntar nuevamente a su contrario- Tengo unas ganas de llenarte de plomo, pero lo más probable es que me cuentes ahora mismo una razón por la cual no hacerlo.
– Y esa razón es que todo esto es a petición de la familia real, pero no solo ellos, Basilia también ha dado el visto bueno a la investigación.
– Tsk * Por ende ya tiene que estar siendo aprobados por los demás países… -Escucho como Roy choca su arma con el suelo dejando de apuntar aquél hombre-
– No te sientas mal niño, gracias a ti y al inmortal Riku sabemos que vamos por buen camino.
– ¿Riku?… -Me quitó las manos de Roy de mis ojos- ¿Él es un singular?
– Si, algo salió mal y en vez de convertirse en inhumano en aquella batalla logro restaurar su cuerpo con ayuda de la metamorfosis. Su perseverancia hizo que surgiera un efecto contrario al esperado cuando te transformas.
– Perseverancia… -Susurro Roy en voz baja-
Y como si fuese un milagro el sujeto que había caído en frente mía comenzó a suplicar por su vida sorprendiendo a todos en el proceso.
Su voz era muy débil y apenas se entendía lo que decía por lo cual iba a acercarme para ayudarle, sin embargo, el científico llega primero a él para acto seguido dejar caer encima del rostro del mismo su cigarro para acto seguido pisarlo con mucha fuerza matándolo al instante.
– Todos estos son guerreros de Karasu que no dieron la talla o son grandes potenciales para desarrollar la habilidad revivir.
– … ¿Dijiste… Karasu?…
En ese preciso instante mi mente comenzó a tener flash backs de todo lo que había pasado, pero ahora enfocándose en mi maestra, la mujer que me crío por toda mi vida estaba apoyando esta investigación macabra.
Mi corazón dolía con mucha fuerza mientras que mi estómago se revolvía provocándome nauseas, quería vomitar sin parar, pero ahora no podía. Por más que este destrozada por dentro no podía quedarme de brazos cruzados.
Desenfundó nuevamente mi katana para ponerla debajo del cuello de nuestro contrario intentando cortar un poco su cuello.
– ¿Porque nos contaste esto?
– A-ahhhg… Pues no quería ver cómo el niño iba por ahí sin saber cómo es el juego en su totalidad.
– -Aprieto más el filo contra su cuello- Dime la verdad.
– D-demonios, sí que eres bipolar…
– A-ahhhg… Yo participe en la investigación de la familia Blackwell para poder desarrollar en soldados el “Ojo inhumano”. Cuando vi el apellido del joven, además de ver que tenía un parche deduje al instante lo que hicieron en con él… Y al contarme su objetivo pues quería darle su respectivo balde de agua fría.
– Hijo de perra -Retiro la katana de su cuello para darle una patada en su cintura alejándolo de mi- Roy vámonos, al parecer mientras no hagamos un desastre ellos no nos pondrán un dedo encima.
– -Roy sostiene mi hombro para voltear mi mirada para poder verlo a los ojos- ¿No ayudaremos a los Karasu encerrados?
– Por más que queramos no podemos hacer nada ahora… Por eso tenemos que apresúranos. Voy a decirle unas cuantas verdades a esa anciana.
Mientras íbamos saliendo de aquel horrible lugar el científico se levanta del suelo para gritarnos a nuestras espaldas con todas sus fuerzas “¡Jamás podrán cambiar este mundo, aceptan como es o mueren en él!”.
Tal vez él tuviera un poco de razón en sus palabras, pero a la final en este mundo siempre habrá cambios que muevan nuestros estilos de vida, por lo cual volvía su pensamiento multidireccional porque dependiendo del contexto podías volverlo a tu favor.
Inmediatamente voltee para gritar con todas mis fuerzas “¡No moriremos hasta cambiar el mundo que nos rodea a mejor!”. Aquel grito resonó en todo lugar posible haciendo vibrar los barrotes de acero de las celdas.
De la nada se silencian todo a mi alrededor por unos segundos para luego escuchar un grito a lo lejos el cual exclamaba un viejo dicho de los Karasu.
– ¡Nunca te rindas, nuestras alas son más fuertes!
Y antes de que pudiera darme cuenta todos los prisioneros estaban gritando intentando motivarnos en nuestro cometido.
– ¡Nunca te rindas, nuestras garras son más filosas!
– ¡Nunca te rindas, nuestro pico es más duro!
– ¡Nunca te rindas, juntos somos imparables!
Todos los gritos juntos de aquellos prisioneros causaron que soltara un par de lágrimas por lo hermoso de la escena. Por más que todos estén sufriendo aún tienen esperanzas de que todo puede cambiar, nosotros tenemos el deber de ayudarlos a salir de este lugar por lo cual no tendría permitido morir hasta poder liberarlos a todos de este lugar.
Rápidamente salimos a la superficie para poder buscar un transporte que nos llevara nuevamente al campamento Karasu, después de todo tenia asuntos pendientes que solucionar con mi maestra.
Nos devolvimos a la cárcel de la capital en busca de los caballos que usamos para traer a Kemuri hasta aquí, sin embargo, mientras los montábamos aparecieron los varios soldados alrededor nuestro para luego salir de entre de ellos Riku el cual portaba tres lanzas en su espalda.
Fijé mi mirada en las armas que traía y al instante me percaté de que se trataban. Una de las lanzas le pertenecía a él, otra le pertenecía a su hermana Riko y la última era mi lanza escudo.
– Jejeje, no pensé que te gustara mi lanza escudo Riku.
Este inmediatamente toma mi lanza desde su espalda para luego extender su hoja hasta mí y acto seguido activar un mecanismo el cual despliega un pequeño escudo alrededor de la punta de la misma.
– Eres toda una artista al momento de hacer armas Kai ¿No te molesta si me la quedo?
– Para nada, me alegra que este en las manos del mejor lancero que conozco. Lástima que también eres el peor mentiroso que conozco.
– Jejeje pues ese nunca ha sido mi fuerte, tu sabes que soy más directo con la verdad.
– Entonces habla rápido, la anciana se enoja si la despiertan de su sueño.
– No tengo nada que decir, solo ve con cuidado. La próxima vez que nuestros destinos choquen nos daremos cuenta de quién es el mejor de nuestra generación.
– No te olvides de Kemuri, apuesto que la estarás visitando todos estos días hasta que escape, si es que no lo hizo ya.
– ¿No puedo convencerte de que lo nuestro es historia?
– Como te dije antes, no sabes mentir. ¡Nos vemos casanova!
Ahí nos despedimos de Riku para poder empezar a cabalgar a nuestra última parada en nuestra misión en Hokori.
Estaba anocheciendo y no había comido nada desde la noche anterior, además que estaba agotada por repetir tantas veces la misma ruta de viaje en poco tiempo.
Roy notó mi estado por lo cual pidió que paráramos un momento para descansar, después de todo habíamos tenido un largo día que aún le faltaba mucho para que acabase.
Nos detuvimos cerca de unas rocas gigantes eran completamente lizas, perfectas para descansar encima de ellas. Me bajo de del caballo con el fin de acercarme a aquellos pedruscos para dormir un poco.
Roy por su parte fue en busca de los alrededores un par de setas para poder combinarlas con algunos panes que traía en caso de emergencia.
Al volver se sentó a mi lado para preparar la cena mientras trataba hacer un intento de fogata, pero luego de fallar en el proceso decide usar la pólvora de una de sus balas para encender las ramas.
– Si mi vida dependiera de un enfermero que no sabe hacer una fogata iría preparando mi testamento.
– Cállate y come que no quiero tener que lidiar con tu desnutrición todo el camino.
– Eso curioso que digas eso cuando hace no mucho te estaba cargando porque “Te dolía mucho el ojo”.
– Tú ya sabes cómo funciona mi ojo así que cállate y come.
Este le pega un gran mordisco al pan con setas por lo cual decido unirme junto a él comiendo mi porción.
– Es la segunda vez que te veo sin parche…
– Tienes razón, la primera fue en aquella discusión en tu primera semana trabajando conmigo.
– Estabas todos los días diciendo “Yo creare una cura para acabar la era de los inhumanos” Y lo único que hacías era estar todo el día en el laboratorio de la SD escribiendo formulas químicas.
– La cura se tiene que crear de alguna manera, por ende, estudiaba vacunas para imitar su proceso en inhumanos.
– Ese es el problema cíclope.
– Ya veo que ese será mi apodo de aquí en adelante…
– No puedes competir con los laboratorios privados de todo el continente si te enfocas en hacer lo mismo que ellos. “Tienes que investigar por donde nadie más lo ha hecho para poder competir contra los mejores”.
Esas mismas palabras le dije a Roy luego de que ya había cumplido una semana de estar trabajando con él. Después de pasar varios días sentada a su lado mientras él escribía por horas, explote diciéndole a mi manera que no lograría nada estando encerrado en cuatro paredes esperando que unas de sus fórmulas dieran algún avance.
No era una sorpresa que la SD tuviera favoritismo con él debido a que era parte de los Blackwell, no obstante, no esperaba que fuera a tal grado que le permitían poder hacer lo que él quisiese con tal que pareciese que estuviera trabajando. Por lo mismo lo motive a que usara los privilegios que tenía e hiciera los que otros no pueden.
– Lo sé, por eso llevamos está travesía de ir en viajes por todas partes estudiando todo lo que me encuentro con el único fin de unir los puntos que nadie más ha hecho. -Este saca un par de hojas que tenían guardadas en un frasco en su mochila- Las hojas de Lama Nascosta• es la prueba de mis avances, sus propiedades nos servirán a futuro.
– No lo dudes. Gracias a ti toda Peresse comenzó a darle importancia a esa planta.
– Al menos me gano el pan en la SD jejeje. Cuando volvamos a Basilia ¿Vamos a comer a un restaurante de la comuna extranjera? A lo mejor ahí decidimos nuestro próximo punto de partida.
– … Si… Tienes razón, creo que ya me iré a dormir.
De la nada corto el tema para echarme un poco al lado con el fin de dormir. Roy nota mi comportamiento, pero decide ignorarlo pensando que solo era el cansancio.
No tardamos en quedar profundamente dormidos, pero inmediatamente eso jugaría a mi contra. De la nada me encuentro en un camarote de un tren, si no me equivocaba era que tenía ruta Basilia a Lieftia.
Al instante me di cuenta que era un sueño, pero eso no iba detener mis ganas de explorar para ver que me podría encontrar. Al salir de aquel camarote me percato de que no había más nadie en el vagón.
Intento pasar a otro vagón, pero al momento de abrir la puerta del mismo veo que no hay más nada alrededor. Era raro ver cómo me movía sin ayuda de una locomotora, pero en los sueños cualquier cosa podía pasar.
Cierro la puerta del vagón para dirigirme de nuevo a mi camarote, pero de la nada aparece una niña cual tenía un aspecto que se me hacía familiar, por ende, me senté frente a ella para poder saber el motivo por el cual se encontraba acá.
– Hola pequeña ¿Qué haces acá?
– Bueno… Perdí de vista a alguien y por error tomé este tren.
La niña estaba angustiada y no paraba de rasgar la mesa con sus uñas, por lo cual decido animarla un poco con alguna historia de los Karasu, después de todo ella lleva vestimenta de Hokori por lo cual seguro que le gustara.
– Ya veo, si quieres puedo contarte una historia para hacerte sentir mejor.
– No creo que lo logres, he estado triste de que toda mi aldea fue masacrada por los monstruos.
– … Vaya… Puedo entender tu dolor -Intento sostener sus manos para consolarla un poco-
– Si no fuera por ese señor… Hubiera muerto…
– ¿Ese señor es la persona que perdiste de vista?
– Si.
– ¿Y cómo se llama? Puedo ayudarte a encontrarlo.
– -Esta levanta la mirada para verme a los ojos- Me dijo que lo llamara Shen.
– ¿S-shen?… ¿Cuál es tu nombre?…
– Mi nombre es…
De repente resonó dentro de mi cabeza una voz seca y tétrica la cual raspaba cada letra grabándola dolorosamente en mí.
– L-lei…
Después de escuchar ese nombre volteo por la ventana de mi lado para ver como estábamos pasando justamente por la mitad de una aldea la cual estaba en llamas.
Veía como había inhumanos por todas partes masacrando los habitantes sin dejar ninguno con vida. Las voces de sufrimiento entran en lo más profundo de mi mente haciendo que caiga fuera del camarote intentando huir de ese lugar.
Sin embargo, la niña que estaba frente mí se acerca para luego levantar mi rostro para mirarme directamente a los sin parpadear.
– ¿Cómo te llamas tú?
Despierto del sueño con el corazón a punto de salir de mi pecho por lo cual no puedo evitar gritar un poco para poder calmar los nervios que me ahogaban. Roy también se levanta he intenta calmarme un poco.
Luego de todo el susto inicial decido levantarme de aquel pedrusco el cual estábamos para acercarme a los caballos y despertarlos, no podía seguir perdiendo tiempo en este lugar por ende teníamos que seguir avanzando incluso en plena noche.
Roy todo confuso por la situación intento detenerme para que pensara bien las cosas antes de hacer alguna locura. Por más razón que él tenga sobre que mi toma de decisiones es la mejor después de todo lo que paso, no podía simplemente esperar hasta que fuera de mañana para hacerle frente a mi maestra.
En ese momento él se dio cuenta que yo estaba planeando hacer alguna de mis típicas locuras que siempre hago en los momentos menos indicados, no obstante, este se monta en su caballo para dar señal que me acompañaría de todos modos.
– Vamos, pero como eches todo a perder te reduciré tu sueldo.
– Roy… Jejeje, pues prepárate que lo más probable es que trabaje gratis para ti.
– Solo espero que sea una broma.
Entre risas retomamos el viaje. Cuando logramos salir del bosque pude ver lo hermoso que se veía la luna la cual brillaba en todo su esplendor.
Me quedé mirándola un rato debido a que me hacía olvidar el mal sueño que tuve hace poco, aunque no podía dejar de pensar porque soñé eso en primer lugar.
Luego de una hora de cabalgata llegamos al campamento Karasu el cual se encontraba aún activo teniendo en cuenta lo tarde que era, aun así, no me limito a moderar mi volumen de voz al gritar.
– ¡Maestra Akai la quiero retar a un “Combate de garras”!
Todos los Karasu al escuchar lo que digo empezaron a susurrar entre sí mientras en sus rostros reflejaban preocupación por lo que iba a pasar. Después de todo estaba retando a mi maestra a una pelea a muerte por el dominio del campamento.
Ella sale de una de carpas bostezando un poco y mientras se acercaba lentamente hacia mi decide gritarles a todos sus subordinados.
– ¡Ya la oyeron muchachos, vayan a prepararnos un campo de batalla a mí y a mi estudiante! ¡Siempre tengo que gritarles para que hagan algo!
Rápidamente todos los Karasu fueron en busca de un lugar perfecto para poder llevar a acabó el combate de garras. En eso, mi maestra se me coloca al lado de mi con el fin de ayudarme a bajar del caballo.
– Je, me recuerdas cuando estabas pequeña y pedías que te dejará montarte en los caballos para pasear por los campos.
– Si… Apuesto que los Karasu que están en el laboratorio de la capital también tienen bonitos recuerdos de su niñez.
– Tsk * … Ellos mismos se ofrecieron, a cambio la familia real renumero muy bien a sus familias.
– ¿Entonces esto es por dinero? Ahora vamos a hacer pasar a la gente un infierno solo por mísero dinero ¿Cómo puedes estar de acuerdo con forzar la metamorfosis inhumana?
– Kai entiende que es por el bien de todos, yo también he sufrido por esas bestias. Yo también quiero un mundo sin inhumanos.
– Lo peor es que me ocultaste que Riku seguía vivo.
– Si te lo contaba las dos no estaríamos vivas.
– Pues hoy una de nosotras no verá el amanecer, pienso controlar este campamento para evitar que sigan usando a nuestra gente.
– ¿Sabes que ellos tienen voluntad propia? No necesitan que tú los defiendas.
– ¿En enserio? Y dime ¿Ellos saben que les van hacer allá?
– Huh… Bueno…
– Dime que al menos saben que los convertirá en inhumanos.
– … Nos vemos en media hora cuando comencé el combate de garras.
Sin decir más nada mi maestra se retira de lugar para dejarnos solos mientras terminaban con los preparativos.
Mientras pasaban los minutos decidí afilar un poco mi katana con un pedernal que tenía a la mano, pero no podía concentrarme en lo que hacía debido a que Roy no dejaba de mirarme de manera preocupadamente.
Al principio lo ignoré, pero en cierto punto termino perdiendo la paciencia provocado que le lance el pedernal a la cara.
– ¡Ahhhh! ¡¿Que mierda te pasa?!
– ¡Eso te lo pregunto a ti que no dejas de mirarme con esa cara rara!
– ¡Cualquiera lo haría si le dijeran que su compañera va pelear a muerte con su maestra!
– ¡Lo sé! Lo sé…
– … ¿Me puedes contarme exactamente lo que quieres hacer?
– Quiero… Quiero ser la líder del campamento Karasu, luego ir por lo demás campamentos para reclamar su dominio.
– ¿Piensas liderar tú sola a todos los Karasu?
– Solo de esa manera puedo velar por su seguridad. Solo es que… Cada uno que llega acá es porque ha pasado por un infierno y esta es su segunda oportunidad de vivir. Que los lleven a los laboratorios para matarlos lentamente es algo que no puedo permitir.
– Kai…
Este se queda en silencio un rato mirando los nombres grabados en mi katana. Roy sabe que no hay manera de que me eche para atrás en mi decisión, pero eso no le impidió el sacar una hoja de su mochila con una pluma para entregármela.
Al revisar la hoja veo que se trataba de una petición de renuncia de la SD.
– Roy… ¿Porque llevas esto contigo?
– Por si algún día el trabajo hacia desviarme de mi objetivo, pero supongo que lo necesitas más tu ahora.
– Idiota… Solo renunciaré temporalmente, cuando termine mis asuntos acá volveré a buscarte para seguir con nuestro objetivo, así que no botes mis cosas del cobertizo.
– Jejeje, no te preocupes.
Sin pensarlo dos veces coloque mi firma sobre aquella hoja, así finalizando mis servicios con la SD.
Me sentía rara renunciando por primera vez a algo, pero como había dicho anteriormente solo iba ser temporalmente, estoy segura que Roy seguirá vivo en lo que termino de colocar todo en orden acá.
Él de seguro iba a buscar a otro soldado lo suficientemente loco como yo para poder seguir con el ideal que le deje en mente. Solo espero que todo lo que pueda mantenerlo con vida.
De la nada llega uno de los subordinados de mi maestra es el cual me avisa que los preparativos están listos, al parecer íbamos a combatir a mitad de un río.
Cerca del campamento teníamos un riachuelo el cual usábamos de referencia para contar historias de terror a los más pequeños. Nunca pensaría que iba que lo usaría para enfrentar a mi maestra. Ella se encontraba justo en el centro esperando con sus dos katanas clavas en el suelo.
Me acerque poco a poco hasta estar a dos metros de distancia de mi contraria para acto seguido desenfundar mi arma lo más rápido posible para poder colocarme en guardia, en espera de que ella hiciera el primer movimiento.
– Sabes que él no quería vernos a nosotras pelear Kai.
– También él no quería ver como envías a nuestra gente a ser ratas de laboratorio.
– Lo hago porque no quiero que más gente muera por esos monstruos. Por lo mismo Riku me apoya, él sufre todos los días por no haber protegido a su hermana.
– Solo cállate… No dejare que nadie más se usado por la familia real.
– Ya veo… Je, cada vez te pareces más a Kemuri -Esta desentierra sus espadas del suelo para luego ponerse en guardia apuntando hacia mí con las mismas- Recuerda Kai, yo siempre te amare sin importar que pase, en ti vive la voluntad de Shen.
– ¡Cállate!
Sin pensarlo dos veces corro directo hacia mi maestra para chocar nuestras armas varias veces con fuerza haciendo que todos los presentes se estremezcan por la gran cantidad de chispas que saltan de las mismas.
Akai se había ganado su puerto de líder gracias a su gran habilidad por blandir dos katanas de manera ágil y certera. Si te enfrentabas contra ella no tenías que perder de vista en ningún momento sus armas porque en cualquier momento podía atacarte de la nada.
Sin embargo, yo no me gane el puesto de ser su sucesora por nada, a pesar de que solo uso una katana yo puedo ser muy versátil con la misma, además de ganarme muchos méritos como fabricantes de armas. Eso mismo me permitió estudiar por años el estilo de combate de mi maestra con el fin de mejorarlo algún día.
Mi contraria comienza a girar alrededor de ella misma para lanzar cortes horizontales a gran velocidad, no obstante, coloco mi arma de manera vertical para proteger de los impactos directos.
Ella al ver mi postura de defensa decide patear mi tobillo derecho para caer arrodillada al suelo y antes de que pudiera reaccionar se lanza con sus dos espadas sobre mí, pero logro levantar mi arma a tiempo para lograr cubrirme nuevamente, pero eso no impidió que por la fuerza de la misma saliera empujada lejos de ella.
Estando un poco desorientada me levanto del suelo para intentar colocar mi mano sobre mi frente con el fin de ver que tan grabe fue el golpe, y para sorpresa de nadie ya comenzaba a sangrar por el mismo.
Esta era la fuerza de una de las mejores generales de los Karasu, Akai Susei “El cometa rojo”.
Pero no por ello me iba a rendir, la perseverancia es lo único que no iba a perder ni cuando muriese. Me lance nuevamente contra ella intentar atacarle directamente a sus armas con el fin poder romperlas.
Luego de varios minutos caigo rendida al suelo debido a las decenas de golpes y cortes que tenía en mi cuerpo, después de todo este tiempo luchando no logre hacerle ningún rasguño. Después de todo me enfrente a la mejor.
Me encontraba sin fuerzas y a su disposición para que diera el golpe final. Solo podía pensar como había fracaso en mis objetivos mientras ella se acercaba lentamente a mí. Al estar a mi lado levanta sus dos armas lo más alto posible para luego despedirse.
– Has perdido Kai, pero eso no significa que sea hora de morir.
Esta baja sus katanas con fuerza para partir por la mitad la mi espada la cual estaba justo a mi lado. Apenas podía ver, pero aun así podía ver como la hoja de mi arma volaba por todas partes para luego al caer se fueran por el riachuelo.
– Ahora mismo eres una fantasma para todos los Karasu, tendrás que portar la máscara Yurei, en toda Hokori no te dirigirán la palabra hasta que recuperes tu honor. Y para eso tendrás que matarme -Esta deja caer sobre mí una máscara total mente blanca solamente con los ojos pintados de negro- Nos veremos en otra ocasión pequeña.
Solo puedo ver como ella se aleja de mi mientras que mi vista se va oscureciendo poco a poco hasta quedar completamente dormida en el riachuelo.
De la nada comienzo a sentir dolores punzantes en mi cuerpo por lo cual despierto al instante para darme cuenta que me encontraba afuera del agua con una fogata al lado y Roy intentando coser una herida que tenía en mi pierna.
Traté de sentarme, pero mi cuerpo seguía muy agotado por la pelea, además del poco descanso que tuve en estos días de verdad que pude haber muerto ahí. Al observar mi cuerpo me percate que el mismo estaba vendado por todas partes, además de tener por debajo del vendaje las hojas de Lama Nascosta.
– Vaya, ahora si después de tanto tiempo haces el trabajo que se supone que tienes que hacer.
– -Este inesperadamente se lanza hacia mí para abrazarme- D-diablos Kai… Tuve que aguantar hasta que todos se fueran para ayudarte. Es la última vez que haces una de tus locuras.
– Lo siento… Después de todo, ahora se supone que soy un fantasma… -Miro de reojo la máscara que estaba a mi lado- Eche todo a perder.
– No digas eso, mira pude rescatar esto -Roy me entrega la empuñadora de mi katana-
– Al menos esto sobrevivió… * Pffff * Tendré que hacer otra…
– Tienes mucho que explicarme, tú y tu maestra decías muchas cosas que no comprendía.
– … Pues déjame de cuento un par de cosas como agradecimiento por tu buen servicio de vendaje -Lo decía de manera sarcástica-
– Mejor cállate.
– Jejeje… Primero, mi nombre antes de llegar al campamento Karasu era Lei, vivía en las fronteras de lado este de Hokori y Shen fue quien me salvo cuando atacaron mi aldea. Lastimosamente él murió antes de poder llegar al campamento. Además… Él era el esposo de mi maestra.
– Oh… Ya entiendo todo… -Este se queda callado un rato mientras sigue atendiendo mis heridas-
– Roy…
– ¿Qué pasa?
– -Suelto una leve sonrisa- Vamos a comer bolas de masa.
Nota del autor: ¡Hola, soy El Friki Sac! Muchas gracias por comenzar a leer mi libro, obra, novela, papel digital con texto. Espero que no te hayas estresado mucho por mi poca experiencia en narrativa y demás.
Me gustaría que dejases tus opiniones de la misma en los comentarios, los leeré todos ya que quiero mejorar todo lo posible en este medio.
También me gustaría agradecerle mucho a Meligato quien ha hecho los dibujos de portada y contraportada (Y el bastardo que me diga que la contraportada no es la parte de atrás de un libro, le aseguro un lugar en el infierno) Búsquenla en su Instagram “Meli_gato”.
Y no me puedo olvidar de mi amigo fungpunk el cual ha dado su tiempo libre en leer mis párrafos rancios. Vean Garupan por él.
Pd: No escribí su nombre mal, empieza en minúsculas.
Sin más nada que decir espero que sigas leyendo todo lo que escriba aquí a futuro.
Los amo <3
Desde hace mucho tiempo el continente de Sins fue asechado por horribles criaturas llamadas inhumanos.
Cuando una persona es expuesta a altos niveles de estrés su cuerpo empieza una metamorfosis en la cual terminan convirtiéndose en dichos monstruos.
De la necesidad surge una organización llamada Seguridad y Defensa la cual tiene como objetivo proteger a la humidad de aquel peligro.
Sin embargo, este mundo se ha formado alrededor de aquella amenaza, cualquiera que intentará romper el statu quo del mismo terminará pereciendo en el camino.
Cambiar el mundo siempre tiene un precio.