El Legado de Kai - Capítulo 4 - Los muertos si cuentan cuentos
Capítulo 4: Los muertos si cuentan cuentos
Mi cuerpo seguía estático y por más que me esforzarse no podía modular ninguna palabra, era tan inaudito ver a alguien que tú mismo habías visto morir volver a la vida de la nada.
Luego de enterarnos de que aquél soldado era Riku quedamos en un silencio absoluto, Roy solo se limitaba a mirarnos sin saber lo que estaba pasando, mientras tanto Kemuri se levanta de suelo y con el arrastrar de sus cadenas las suelta para con ambas manos acariciar el rostro de nuestro contrario.
Riku intenta alejarse un poco de ella, pero el ver qué de a poco comenzaba a llorar solo se limitó a abrazarla mientras acaricia su espalda.
Suelto mi arma para poder levantarme del suelo y entre risas me limpio las lágrimas de mi rostro para luego acercarme a ellos.
– Jejeje, no puedo creer que en verdad sigas vivo… -De la nada golpeó el rostro de Riku con todas mis fuerzas- ¡Esto es por hacernos creer que estabas muerto!
Este suelta a Kemuri para retroceder un poco por el fuerte puñetazo que le había proporcionado, sin embargo, vuelvo a acercarme rápidamente a él para golpearlo en su abdomen.
– ¡Y esto por hacerme grabar tu nombre en mi katana! Y prepárate porque faltan algunos más por no avisarme que te habías unido a la guardia real…
Tuvieron que sostenerme entre Roy y Kemuri para poder evitar que siguiera golpeando a Riku, aun así, intente forcejear y patalear en un pobre intento de escape.
– Cálmate Kai, ha este paso si lo matarás de verdad -Decía Roy-
– ¿Pues no que revivió? Si tiene ese poder pues no hay nada de malo que lo mate a puñetazos.
– Pero Kai, primero dejemos que hable ¿No crees? -Decía Kemuri-
– Pffff… ¡Tú deberías de apoyarme, mientras nosotras estábamos llorando por nuestros amigos que habían muerto él estaba en la capital con las comodidades de la familia real!
– P-pero ese siempre fue su sue… Digo ¡Tienes razón! ¡¿Cómo se te ocurre no avisarnos?!
Kemuri me suelta el brazo para lanzarme a la mano mi katana la cual se encontraba en el suelo, acto seguido está toma una de sus cadenas para luego posicionarse en la espalda de Riku y ahorcarlo mientras le pegaba rodillazos en su espalda.
– ¡K-kai dile a tu amiga que se detenga! Si seguimos así lo más probable es que nos prohíban el acceso a Hokori nuevamen… -Lo interrumpo golpeando su rostro con el mango de mi katana-
Después de aporrear la cara Roy este me suelta lo que me permite acercarme a Riku y junto a Kemuri darle repetidas veces varios golpes mientras este se encontraba en posición fetal intentando cubrirse todo lo posible.
– M-mierda Kai ¿Quieres quitarme el único ojo bueno que me queda? ¡Y por favor deténganse! No quiero perder mi permiso de viaje por agresión a personal de la familia real. Ustedes de ahí -Este apunta hacia los demás soldados- ¿No van a ayudar a su compañero?
– Pues sí pero primero estamos dejando que lo pateen un poco, a nosotros también nos tenía hasta el límite con su palabrería de ser la única persona que ha podido revivir.
– -Otro de los soldados nos grita a Kemuri y a mí- Denle en la boca si es posible.
– Ya puedo ver como la SD me va a degradar…
Luego de varios minutos de darle una golpiza a Riku lo llevamos al hostal donde nos hospedábamos, ahí pedimos comida para todos y también tratamos las heridas de Riku, sin embargo, por seguridad los soldados tenían esposada a Kemuri para evitar cualquier intento de escape.
Al terminar de colocarle las vendas a Riku este decide comer un poco para luego poder hablar después de todo lo que paso.
– … ¡¿Cómo se les ocurre golpearme así?! Fuera otra persona y ya la abría encarcelado de por vida, y no crean que me olvide de ustedes -Apunta hacia sus compañeros- Los pondré a lavar baños cuando lleguemos a la capital.
– De todos modos nos obligas hacerlo así que no había perdida por verte sufrir un rato jejeje.
– ¡Debería matarlos ahora mismo!
Riku toma uno de los vasos de la mesa para beber de un solo sin dejar ninguna gota para luego dejarlo caer con fuerza sobre la mesa y dirigirnos la palabra hacia nosotras.
– Las extrañe chicas… No saben cuánto deseaba poder verlas de nuevo, pero no podía, estaba obligado guardar silencio por la familia real.
– ¿Entonces por qué estás aquí? No tiene sentido que te mandaran a capturar a Kemuri si quieren mantener tu identidad en secreto.
– Pues ya te puedes imaginar los dolores de cabeza que ha causado ella como para que tuvieran que recurrir a mí.
– ¡Ja! Como si me dejara capturar fácilmente de ti, solo quiero saber cómo diablos sigues con vida, en cualquier momento puedo liberarme y acabar con todos aquí.
– ¡Te callas o te coloco un bozal, loca del humo! -Responde Riku-
– ¡Oblígame, zombi de mierda!
Mientras Riku y Kemuri discutían los demás soldados salían de hostal para hacer guardia en los alrededores con el fin de darnos privacidad. Riku se limitó a agachar su cabeza mientras yo decidí contarle a los demás lo que se supone lo que paso ese día.
Recuerdo como ese día estábamos entrenando como era costumbre, todo era rutinario hasta que de repente suena una alarma a lo lejos, no sabíamos que significaba porque era la primera vez que la escuchábamos, pero aquel sonido estaba advirtiéndonos que había una invasión de inhumanos cerca.
Riko, Mai, Riku, Tetsuo y yo nos alistamos rápidamente para detener aquel ataque, pero por más que fuéramos los mejores de nuestra generación no estábamos preparado para esta situación.
Solo podía ver Karasus cayendo uno tras otro mientras intentaba sobrevivir luchando hasta con mis manos desarmadas, pasaban las horas y aún seguían llegando más inhumanos al campamento, de verdad pensé que ese día iba a morir.
De la nada, me percato que ya no llegaban más por lo cual me había emocionado, logre aguantar hasta el final, estaba totalmente agotada y apenas podía mantenerme de pie, pero eso no podía quitarme la euforia que tenía por haber sobrevivido. Sin embargo, al mirar atrás de mi pude notar como había una gran cantidad de cadáveres y charcos de sangre por doquier.
Esa escena se quedó grabada en mi mente, todo lo que los inhumanos podían causar a gran escala estaba al frente de mis ojos. Varios de esos soldados murieron solo para mantener seguros a los habitantes de Hokori.
En ese preciso instante me percaté de que los demás no estaban por ningún lado por lo cual, aunque me costaba caminar me propuse a buscarlos gritando sus nombres por todas partes. Entre tantos montículos de cadáveres encontré a mi maestra inspeccionando algunos, intente acercarme a ella, pero cuando se dio cuenta de mi presencia rápidamente me abrazo intentando alejarme del lugar.
Al principio no entendí porque hacia eso, pero al ver un poco pude notar como todos mis amigos estaban ahí, sus cuerpos todos masacrados por los inhumanos. En ese instante empecé a gritar desesperadamente mientras empujaba a mi maestra a dirección contraria, no podía creer lo que veía, todos mis amigos con los que me crie en el campamento estaban muertos.
Sacando fuerza de la nada le pego un rodillazo con fuerza a mi maestra lo cual hace que me suelte por un momento, me acerco hasta el cuerpo de Mai la cual era la única que se mantenía consiente, pero ya había perdido mucha sangre.
Sosteniendo su rostro solo podía limitarme a llorar mientras ella poco a poco iba dejando este mundo, con sus ultima fuerzas levanta su mano para limpiar mis lágrimas.
– ¿Q-que pasa Kai? Se supone que eres la más fuerte de todos nosotros… No puedes demostrar debilidad al llorar…
– C-cállate… A ti siempre te gusta hablar de más… -Me tumbo encima de su pecho para llorar con más fuerza-
– Solo… Digo la verdad…
Luego de eso Mai se quedó callada hasta que al final dejo de respirar, la estuve abrazando en todo momento y al separarme de ella pude notar como mantenía una sonrisa en su rostro, ella siendo la más carismática de nuestro grupo a pesar de todo murió felizmente.
Al siguiente día enterramos los cuerpos de todos menos el de Riku debido a que fue el que menos daños sufrió por lo cual quería llevárselo junto al de otros Karasu para estudiarlos con el fin de encontrar cosas relacionadas con los inhumanos.
Antes de que partiera la carreta la cual lo llevaría acaricie su pecho el cual estaba totalmente frio, además que su piel ya había cambiado de tono por la falta de sangre. No había duda de que estaba muerto en ese momento.
– Por lo cual necesito que me expliques cómo es posible que te encuentres acá comiendo como un cerdo.
– No es mi culpa que el dueño de este hostal sea un buen cocinero, pero la verdad que nadie sabe explicar con certeza porque sigo vivo.
Según Riku pasaron varios días antes de llegar a la capital, estando ahí lo llevaron a un laboratorio donde estaban estudiando cada cadáver de manera individual. Cuando llego su turno los científicos podían notar algo raro y era que su tono de piel no era la correspondiente después de llevar varios días muerto.
Sin más decidieron practicar una disección para comprobar el estado de sus órganos por si se conservaron en buen estado. En el momento de le clavan la hoja del bisturí su cuerpo reacciona despertando completamente agitado y asustado porque no sabía dónde se encontraba ni que había pasado.
Todos en laboratorio se quedaron sin palabras después de ver como un cadáver había vuelto a la vida de la nada, en el peor de los casos por el susto inicial ahí lo hubieran matado nuevamente.
En el momento de que la noticia llego a los oídos de la familia real ordenaron ocultarlo del conocimiento del público, si esto daba a la luz podía generarse mucha desinformación al respecto. Después de todo, estábamos hablando de una posibilidad de volver a la vida.
Para mantener su origen en secreto lo reclutaron como guarda real, así podían mantenerlo vigilado y hacerle constantes estudios sin levantar sospechas.
Estaba totalmente bajo el control de la realeza por lo cual la más mínima falta podía significar que perdería sus beneficios, por lo cual hizo caso como si fuese un perro.
Luego de varios meses de estudios y de buscar indicios de cómo pudo haber revivido decidieron simplemente dejar de hacerlo con el pretexto de que ya habían conseguido lo que necesitaban.
A partir de ahí el gran rey lo dejo poder quedarse en la capital con su propio grupo de soldados, normalmente necesitas hacer una gran hazaña para que te den ese lujo, pero después de todo el volvió de la muerte lo cual es algo que nadie más ha hecho.
– No puedo creer que solo sea eso, tiene que haber más ¿Que no nos estás contando Riku? -Me acercó a él para alzarlo jalando su ropa-
– Eso es todo, después de ese “Ya conseguimos lo que necesitábamos” no me dijeron más nada sobre el tema.
– ¡Pero entiende que yo te vi muerto! Estabas más frío el río en invierno… ¿Qué paso mientras llegabas a la capital?
– Nada, interrogaron al transportista, pero solo dijo que el viaje fue de lo más normal, con muchas lluvias en el camino, pero nada del otro mundo.
– Esto no tiene sentido, con todos esos inconvenientes simplemente * Puff * Reviviste de la nada.
Roy termina de anotar todo lo que dijo Riku por lo cual este decide acercarse a él para hacerle un par de preguntas.
– Con lo que se del cuerpo humano no es tan raro que “reviva” con el amplio sentido de la palabra, pero independientemente de lo factores que se presente para que ocurra normalmente son con cosas de minutos o horas, no días.
– Siento que estamos yendo en círculos con mi asunto de volver a la vida.
– Mmmm… Riku, cuéntanos que paso en el día que invadieron el campamento, después de todo no conocemos tu punto de vista de los sucesos.
– * Tsk * Como quisiera no hacerlo…
Riku comenzó a contarnos desde que tomo su posición en el campo de batalla. Él se encontraba con su hermana Riko defendiendo el lado este del campamento mientras yo estaba en el oeste.
Al principio todo marchaba bien por ese lado debido a que los inhumanos que atacaban en su mayoría era de rango bajo, nada que les causara inconvenientes.
Desgraciadamente tuvieron la mala suerte de toparse contra el líder de todo el ejército, un rango cuatro. Estos en especial cuentan con fuerza más allá de la humana con capacidad de transformar su cuerpo a voluntad propia, normalmente la SD necesita a más de diez soldados para poder hacerle frente a uno de estos.
Los dos hermanos decidieron hacerle frente aquella bestia sin pensarlo dos veces, incluso si son cien inhumanos contra solo uno de nosotros lucharemos hasta el final.
Riko describió aquel rango cuatro como un inhumano de aspecto genérico, pero en vez de tener garras en sus brazos poseía grandes y filosas puntas de lanzas con las cuales podía apuñalear con facilidad a sus víctimas.
La batalla fue frenética debido a que los dos Karasus fueron criados en arte de usar la lanza por más de una década, por lo cual el filo de las mismas chocaba con semejante que un simple descuido podía terminar en una perforación profunda.
El inhumano al ver que estaba siendo rebasado por aquellos hermanos decidió transformar su cuerpo, de la nada las puntas de sus brazos se alargaron por lo cual tenía más rango contra ellos, sin embargo, eso solo los motivo a acabar con aquel monstruo de un solo golpe.
Riko y Riku embistieron con fuerza clavándole en el pecho las dos lanzas para luego retirarlas cortarle al mismo tiempo todo su cuello. En ese momento pensaban que lo habían matado, pero de la nada el inhumano se levanta para arremeter contra el dúo. Lanza al hermano lejos cortando su pecho en el proceso mientras que la hermana termina siendo atravesada varias veces matándola en el instante.
Riku al ver como habían masacrado a su hermana desbordo en si una increíble cantidad de rabia y frustración la cual lo estaba segando con el único motivo de matar a ese monstruo.
Rápidamente toma su lanza para poder hacerle frente al inhumano, sin embargo, por más fuerte que este atacara no podía atravesar la fuerte defensa que tenía su rival por sus brazos de lanza. En una de esas, el monstruo rompe la lanza de Riku para acto seguido cortar profundamente su pecho en forma de cruz.
Con sus últimas fuerzas el hermano toma la parte de su lanza que conservaba la cuchilla para clavarle la misma en el pecho de su contrario, este responde golpeándolo en su cabeza para luego intentar apuñalarlo en su espalda con el fin de matarlo al instante.
De la nada aparece Akai la cual evita que apuñalen a Riku protegiéndolo con sus katanas y al instante contratacar al inhumano con un corte limpio tajándolo en dos.
– Mierda llegue tarde… Riku dime que estas bi…
Este se encontraba cargando el cuerpo de su hermana mientras usaba la lanza de ella como bastón para poder sostener a ambos.
– * Coff coff * M-maestra, vaya por los demás, yo llevare a Riko a una carpa para tratarle sus heridas… * Coff *
– Pero Riku, tu hermana…
La maestra notaba el estado de la joven la cual por la gravedad de las heridas era imposible que pudiera estar viva, por lo cual solo le limita a salvar la vida del otro. Esta se acerca a Riku para noquearlo golpeándolo con el mango de sus katanas, antes de que callera al suelo sostiene su cuerpo para cargarlo en su hombro y así llevarlo lejos del campo de batalla.
No obstante, Riku despierta al instante y golpea con fuerza el rostro de la maestra para que esta lo bajara, al caer al suelo corre rápidamente hasta donde está su hermana para abrazarla mientras que por varias direcciones se acercaban inhumanos a ellos.
– ¿Cómo es posible que tengas esa fuerza después de haber perdido tanta sangre? -Escupe un poco de sangre por el golpe que le proporciono el joven- Mas te vale sobrevivir para hacerte pagar por ese golpe…
Akai se quedó junto a ellos hasta que termino la invasión. Esta regresa para ver cómo se encontraban, pero desgraciadamente encontró a Riku muerto encima de su hermana mientras la abrazaba, la maestra en ese momento no puedo evitar intentar levantar los cuerpos de sus estudiantes para abrazarlos mientras pedía disculpas por no haber llegado a tiempo.
– Te dije que no murieras… Más te vale entrenar junto a tu hermana en el más allá porque cuando vaya te juro que te hare pagar… P-por hacerme llorar…
Eso era lo último de que tenía conciencia Riku, de alguna manera pudo mantenerse consiente a pesar de su estado y toda la sangre perdida, además de aguantar varios días bajo las lluvias con frio y sin poder comer ni beber nada.
Pensamos que viendo otro punto de vista lograríamos conectar las piezas de este rompecabezas, no obstante, volvimos al inicio sin ningún indicio de que puede estar detrás de este misterio.
– Bueno, no tiene caso seguir discutiendo sobre esto así que mejor vamos a descansar para mañana llevar a Kemuri a la capital ¿Vienes Roy?
– ¡Oye! ¡¿Qué te hace pensar que vas a llevarme a la capi…?!
Interrumpo a Kemuri para golpeándola en el rostro con el mango de mi katana lo cual causa que esta caiga desmallada al suelo.
– * Tsk * Deja de gritar a estas horas de la noche, Riku ponle un tapabocas y añádele más cadenas a su alrededor, tengo flojera de volver a luchar con ella.
– Ehhh… Vale…
Me retiro del lugar para dirigirme a mi habitación y ahí tumbarme encima de la cama para poder descansar después de todo lo que había pasado. Ha este paso tendré que llevar una cama en mi espalda por lo agotador que se está volviendo este trabajo, sin embargo, por más cansada que este no podía dormir debido a un pensamiento que daba vueltas en mi cabeza.
Luego de un par de minutos llega Roy a la habitación un poco golpeado en el rostro, pero no se encontraba alarmado ni nada por lo cual no le di importancia.
– Esa Kemuri es una cabeza dura de manera literal, apenas tú te fuiste ella se despertó y debido a que los compañeros de Riku estaban afuera haciendo guardia nos tocó a nosotros amarrarla mientas ella nos pateaba en el proceso -Este cae rendido en su cama para luego quitarse de a poco el chaleco de la SD-
– Hubieras dejado a Riku encargarse solo de ella, yo sé porque te lo digo.
– Más bien dime el porque te comportaste así después de Riku terminara de contar su historia, incluso cuando te regañan en la SD no te pones así.
– Porque estábamos perdiendo el tiempo, él nos está ocultando algo.
– ¿Y qué te hace pensar eso?
– Aquí no podemos hablar sobre el tema, recuerda que las paredes tienen oídos, pero solo digo que Riku nunca supo mentir muy bien.
– Al parecer cuando revives te vuelves un poco más idiota.
– ¡Jajaja! Si te escuchara te mataría.
– Yo no soy la que se está riendo jejeje.
Nos continuamos riendo hasta que poco a poco quedamos profundamente dormidos. En la mañana siguiente salimos temprano del hostal para poder llevar a Kemuri hasta capital, primero teníamos que caminar hasta el campamento de los Karasu para luego tomar una carreta.
Mientras más nos acercábamos más me preguntaba qué haría Riku al momento de encontrarse con los demás y en especial como reaccionaria nuestra maestra al verle, por lo mismo me separo un momento del grupo para hablar con él sobre esa cuestión.
Al preguntarle simplemente me responde que no lo había pensado por lo cual iba dar una vuelta larga para evitar el campamento mientras nosotros buscábamos el transporte.
Estando a pocos kilómetros de nuestro destino nos separamos para luego encontrarnos más tarde, avanzamos un poco hasta confirmar que ya no se veía a Riku en las lejanías. Kemuri se encontraba a la mitad de los soldados por lo cual para acercarme a ella decidí ir alentando mi paso hasta estar juntas.
– Oye Kemu, a la final nos fuiste tan fuerte como esperaba, digo según tú me ibas derrotar y mil historias más.
– Y claro que lo haré, cuando escape de la capital te buscaré para la segunda ronda.
– ¡Jajajajaja! Primero tienes que superar la fuerte seguridad de sus soldados, por algo son la élite del país.
– ¡Ja! ¿Élite?
Kemuri se detiene un momento para girar hacia atrás y patear con fuerza a uno de los soldados haciendo que este se estrelle con un árbol noqueándolo al instante.
– Si eso es lo que mejor ofrecen entonces de verdad que el rey tiene mucha suerte de vivir.
Los demás soldados se colocan en guardia frente a mi contraria para amenazarla con sus armas. Esperé a que estos se acercaran lo suficientemente a Kemuri para proseguir a golpearlos fuertemente en sus cabezas con la parte inferior de mi lanza escudo.
– Opino lo mismo, aunque los generales ya es otra cosa -Vuelvo a golpearlos nuevamente en sus cabezas-
Todos los soldados quedaron inconscientes excepto uno, este trata de levantarse, pero es derribado por una patada en la cara por parte de mi contraria.
– Entonces tú también te percataste de que Riku estaba mintiendo.
– Él siempre fue malo mintiendo, por lo mismo descubrimos que los dos eran pareja.
– Éramos jóvenes…
– Siempre te gustaron los idiota jejeje.
– No hables mucho, mira tú compañero con cara de no saber qué pasa -Esta apunta hacia Roy el cual estaba confundido por lo que pasó-
– ¡¿Y por qué no estarlo?! ¿Porque no me contaste sobre esto Kai?
– Si lo hacías ibas a terminar disparándole a alguien.
– Tienes razón, eres todo un psicópata cíclope.
– Oh vaya que original, porque llevo un parche soy un cíclope ¿Los de Hokori no serán unos astros de la comedia?
– En comedia no, pero en combate si quieres puedes comprobar.
– Ya mejor cuéntame cuál es el plan.
– Pues el plan consiste en que después de tantos días demostraras tus habilidades de médico.
– Pensé que había quedado claro el tema de que no soy médico.
– Si me quedo claro, los últimos primeros auxilios que presencié fueron para salvarte la vida, así de mal éstas.
– Hija de…
Luego de explicar lo que íbamos a hacer nos pusimos en marcha para llegar lo más pronto al campamento pues estábamos a contra reloj debido a que los soldados podían despertar en cualquier momento y avisarle a Riku sobre lo que pasa.
Rápidamente nos dirigimos en busca de la maestra ella estaba emocionada al ver que cumplimos la misión, pero su expresión cambia rápidamente cuando percata de que Kemuri estaba mareada, con poca fuerza en las piernas y vomitando manera descontrolada.
Toda la gente en el campamento voltea para ver qué es lo que pasa por lo cual intento explicar la situación.
– Maestra tuvimos un grave problema mientras transportábamos a Kemuri y es que ella por error se cortó con una…
– Una flor “Daga Asesina”… Rápido que alguien traiga un antídoto para el veneno.
– Señora, el desabastecimiento del cuerpo médico a reducido los antídotos anti veneno, no poseemos nada para tratar la flor Daga Asesina.
– Mierda ¿Cómo es posible que hayas prestado atención a una obvia flor de color gris metálico que brilla a lo lejos? ¿Y con esa percepción de campo te haces llamar la Danzarina del Humo?
– Maestra tenemos que llevarla rápido a la capital, si tenemos suerte tal vez en el camino un pueblo tenga el antídoto.
– Tsk * Estos son los problemas que causa Kemuri… -Esta se voltea para hablar con sus subordinados- Traigan los caballos más rápidos que tengamos.
Roy se montó en uno de los caballos llevando a Kemuri en su espalda mientras yo iba sola en el otro. Antes de partir mi maestra se acerca para decirnos algo.
– Cuando llegues a la capital dale los golpes que sean necesarios para si así aprende a tener más cuidado.
– Claro, no se vaya a poner a llorar le pasa algo jejeje.
– ¿De qué hablas? Nunca he llorado y ustedes mocosos no harán que lo haga por primera vez.
– Jejeje lo sé, nos vemos maestra.
Cabalgamos velozmente a las afueras del campamento Karasu, estando lo suficientemente lejos Roy saca un frasquito de su bolsillo para dárselo a Kemuri.
Ella no estaba envenenada ni nada por el estilo, solo la mareamos un poco con ayuda de las medicinas que traíamos, eso y que Kemuri es una dramática de toda la vida.
En el frasco que le pasó Roy había un antibiótico para quitarle el mareo de las medicinas.
– * Bleh * ¿Mucho dinero y no tienen para unas medicinas que no sepan horrible?
– Pareces una niña, por lo menos el plan de Kai funciono y desempolve mi mochila en el proceso.
– Awww eres un cielo.
– Cállate ¿Confirmaste lo que querías con tu maestra?
– ¿Que si lo confirme? Je, yo ya lo sabía, solo quería ver que tan pocos organizados están.
– ¿”Están”? Esto no me da buena espina -Roy procede a tomar un poco de un frasco que tenía en otro de sus bolsillo-
– ¿Te enfermaste?
– No, solo es un poco de licor.
– ¡Por andar de borracho reprobaste la universidad!
– ¡Ya olvida ese tema!
Gracias a ir en caballo y no en carreta pudimos tomar atajos que nos permitiesen llegar más rápido a nuestro destino, pero aun así teníamos que aprovechar cada segundo de ventaja porque un solo fallo y pondremos en peligro el bienestar de los tres.
Al llegar a la capital llevamos a Kemuri hasta la prisión de la ciudad mientras yo hablaba con el encargado y llenaba el registro de su captura Roy le escondió en su ropaje una pequeña cuchilla para que pudiera liberarse cuando tenga oportunidad.
Antes de irnos de la prisión para dirigirnos a los laboratorios Kemuri nos detuvo para despedirse de nosotros, acercándose a mí para que le diera un abrazo y luego mirando de manera picara a Roy.
– Note como demoraste en guardar eso en mi ropa, eres todo un travieso cíclope.
– N-no es que tu bolsillo es pequeño y ya sabes…
– Jejeje solo te digo que mi corazón le pertenece a un solo hombre. Y tu Kai, la próxima vez te ganare y no abra quien nos interrumpa, la aún no he dado todo de mí.
– Jejeje y yo aún no te he explotado un Ono Bakuyaku en la cara.
Después de eso la chica es escoltada por dos guardias y es llevada a su celda. Nosotros salimos del lugar para montarnos en uno de los buses que pasaba por la calle y así llegar más rápido a los laboratorios, pero al tomar asiento Roy nota como empiezo a gruñir mientras lo miraba enfadadamente.
– ¿Huh? ¿Qué pasa?
– * Grrrrr…* ¡¿Se puede saber por qué andabas tocando a Kemu?!
Este se queda perplejo por lo que digo, al mirar por todas partes se da cuenta que toda la gente lo estaba viendo fijamente mientras este solo se limita a mirar al frente y hablar en voz baja.
– Mejor hubiese estudiado…
Pasaron varios minutos hasta que al fin habíamos llegado a nuestra parada final. Los laboratorios estaban lejos de las zonas residenciales para evitar problemas con los ciudadanos, pero no por eso su seguridad era débil, de hecho, se podía notar con claridad que estaban mejor protegidos que la misma cárcel.
Murallas de cemento con un metro de grosor, malla de alambres de púas, varias torres de vigilancia, además también había unas cuantas por afuera con grandes reflectores. Un poco más y no tendrían problemas en tener un ejército activo las veinticuatro horas del día.
– ¿Tú también escuchas esos pasos verdad?
Después de que Roy lo mencionara me di cuenta que del otro lado del laboratorio se encontraban unos soldados trotando mientras que en sus espaldas llevaban sus respectivos fusiles.
– Esto ya no es gracioso… Vamos rápido a preguntar sobre los inhumanos antes de que vaya hasta ellos y les enseñe que es un arma de verdad.
Estando dentro nos llevaron a una oficina donde se supone que nos íbamos a reunir con el encargado de todo el lugar, pero al parecer tenía su horario apretado por lo cual teníamos que esperar mientras se desocupaba.
En eso, Roy siguió con su libreta de apuntes. Siempre que tiene la oportunidad de escribir algo en ella lo hace, ya sea para su investigación o notas de su día a día, se puede decir que es una de las pocas cosas por la cual puedes admirarle y eso es su dedicación, solo cuando algo en verdad le gusta.
Esta vez anotaba como fusionando las diferentes medicinas que tenía a disposición pudo ocasionar una reacción en Kemuri para marearla, pero hizo más énfasis en la cura que hizo mientras cabalgábamos debido a que uso propiedades de una hoja que encontramos en Paresse. Quizás con un poco más de estudio pueda usarse en los inhumanos.
De la nada se abre la puerta de la oficina. Inmediatamente pensamos que se trataba del director por lo cual volteamos para verle, era un hombre mayor que probablemente estaba entrando a la tercera edad debido a sus arrugas que estaban en los brazos y las piernas, tenía largo cabello el cual estaba recogido por una cola de caballo y sus respectivas gafas con su bata blanca cubriéndole.
Ahora que lo pienso su apariencia se me hacía familiar, espero que no pase como con Riku y resulte que alguien más revivió además de envejecer unos cuarenta años.
– Disculpen por la tardanza, al tener que dirigir todo un laboratorio tengo que estar en todos lados asegurándome que todo salga como debe ser ¿En qué puedo ayudarlos?
– Hola mi nombre es R…
– -Interrumpo a Roy para yo hablar- Soy Kai una ex miembro de Karasu y él es mi compañero Roy Blackwell, es enfermero en la SD, nosotros trabajamos juntos para buscar la cura de los inhumanos.
– ¿Puedes dejar de interrumpirme Kai?
– Tu sabes que no tenemos mucho tiempo por lo cual debemos apresurarnos.
– ¿Dijeron que buscan la cura para los inhumanos?
– Eh… Si, mire esto -Roy le muestra su libreta con apuntes de estos dos últimos años- Mi objetivo además de cumplir los ideales de la SD es poder descubrir algún tipo de cura para evitar convertirnos en esas criaturas.
– Jmmm… Es interesante que jóvenes como ustedes tengan esas ambiciones, pero dándote tu balde de agua fría correspondiente ¿En serio piensas que lo conseguirás con esto? -Este sostiene la libreta de Roy como si tuviera asco de tocarla-
– Bueno… Son mis estudios personales de más de un año, hay cosas ahí que no están registradas en ninguna investigación actual.
– No lo están porque no sirven para nada -Le devuelve la libreta a Roy- La humanidad acepto que viviremos por siempre con los inhumanos, sea una enfermedad o sea algo natural de las personas este siempre estará presente.
– -Me levanto de mi silla para golpear la mesa con fuerza- Mira viejo no tenemos mucho tiempo por lo cual iré directo al grano. Me importa tres hectáreas mierda tu opinión, pedimos que nos dejes ver la investigación actual del laboratorio que está relacionado con la captura masiva de inhumanos en el país y tenemos el permiso exclusivo de la líder del cuarto campamento Karasu en el norte, Akai Tako.
– Si, lo sé, precisamente ese era el asunto que me tenia ocupado. Me había llegado un águila mensajera con mensaje una nota de parte de la señora Akai avisando que una de sus discípulos iba a venir después de haber causado problemas en su base.
Este desliza encima de la mesa un papel donde avisaba de nuestra llegada con la firma de la maestra por lo cual era obvio que descubrieron lo que hicimos con Riku y sus soldados.
– * Tsk * Esa vieja también es astuta, no pensé que renovaría el uso de las águilas mensajeras. Entonces… ¿Qué vas hacer con nosotros?
– Pues agresión al personal de la realeza se considera delito por lo cual llamare a los guardias para que los lleven a la car… cel…
– O-oye… ¿Qué haces Roy?…
Roy estaba de pie frente al director mientras lo apuntaba a la cabeza con una de sus armas. Me moví un poco para verle a los ojos, no estaba nervioso, furioso, ni siquiera asustado por que íbamos a ir a la cárcel, estaba completamente calmado.
– Sé que es un hombre ocupado por lo cual comprendo que no prestara atención cuando estaba mencionándole mis objetivos por lo cual se los repetiré con gusto. En primero quiero cumplir con todos los ideales de Defensa y Salud, y en segundo -Este aprieta el martillo del revolver haciendo que su sonido rebote en toda la habitación- Voy a descubrir una cura para los inhumanos.