El Legado de Kai - Capítulo 10
Capítulo 10: Un nuevo viaje
Habían pasado dos meses desde nuestra visita a Hokori. Tuvimos suerte que nuestro capitán solo nos asignara misiones locales en la ciudad como castigo, en otro caso nos hubieran hecho desaparecer del mapa.
Si el padre de Roy no fuera tan influyente ya estaríamos muertos desde el primer mes en trabajar juntos. Indirectamente ese señor nos ha salvado el pellejo más de una vez, no me gusta admitirlo, pero estoy muy agradecida con él por ello.
Apenas tuve la oportunidad fui hacia una herrería que había en la ciudad para lograr reparar mi katana. Tuvimos suerte en rescatar todas las partes de la hoja que contenían los nombres grabados, no fue fácil pero luego de varios días se pudo dejar como nueva.
No sé si habrá sido conhinsidensia, pero era raro que ningún trozo de metal que contenía un nombre haya quedado a la mitad. Todo grabado se conservó como si mi maestra lo hiciera apropósito.
Ella quería enseñarme una lesión de como es el mundo y lo que conlleva tener sueños tan ambiciosos como los nuestros. O por lo menos quiero verlo así, la verdad no he querido darle muchas vueltas a lo que paso ese día.
La realidad en la que vivo ahora es que mi tierra donde me crie usa nuestra gente como ratas de laboratorio para poder lograr lo imposible, pero es un precio que no estoy dispuesta a aceptar. Por ende, triplicamos nuestra dedicación a la investigación en busca de un paso inicial para la cura.
Roy ha estado varias semanas en los laboratorios de la SD hablando con los científicos y analizando las tesis que están permitidas a la vista del público. Él sabe que será muy milagroso si lograra encontrar algo en ese lugar, pero cualquier cosa es mejor que no hacer nada.
Mientras tanto aproveche lo que paso en Hokori para actuar como una alcohólica resignada porque me expulsaron de los Karasu. Con esa premisa voy a bares a beber con soldados, investigadores, científicos y cualquier persona que tenga relación con los inhumanos.
Mi país no debe ser el único que está en busca de la cura por lo cual los demás países deben estar haciendo sus artimañas para ver quien la consigue primero.
Luego de pensarlo varias noches me di cuenta de eso. Una vacuna, poción, elixir o como quieras llamarle que logre erradicar a los inhumanos podría darles demasiado poder a sus creadores. Si la limitas para solo curar a tu país tendrías una ventaja en lo que nos referimos en la fuerza militar y daríamos comienzo a guerras territoriales.
Definitivamente teníamos que actuar antes, si no conseguíamos crearla primero por lo menos intentar liberarla para todos, si nos vamos a matar unos a otros como mínimo que sean bajo las mismas condiciones.
Ha sido muy difícil mantener los ánimos estos días después de todo lo que paso. No he querido usar mi katana para entrenar debido al miedo de volverla a romper y que no se pueda reparar. Además, por mi expulsión de los Karasu ya no puedo portar las vestimentas que he llevado toda mi vida.
Ese uniforme rojo con negro me ha representado por más de la mitad de mi vida, era el símbolo de respeto que llevaba a todas partes. Estaba orgullosa de ello. Sin embargo, ahora porto el uniforme táctico de la SD.
Se trataba de un traje con manga largar completamente negro con botas del mismo color, además de tener detalles como una armadura a prueba de balas. Sin contar varias correas que tienes por todo el cuerpo para sostener equipamiento.
Es obvio que es más eficiente que el de Karasu, pero aun así no me sentía cómodo en él. Para terminar, llevo colgada en mi nuca la máscara que me dejo mi maestra cuando me derroto. Esto se les da a todo Karasu que es desterrado, si pisan de nuevo territorio de Hokori deben portar esta mascara en todo momento.
No es que estemos pronto a hacer una visita, pero uno nunca sabe los caminos que puede tomar en un día.
Han pasado muchas más cosas estos últimos meses y eventualmente contare lo demás que falta, pero primero debo entrar en personaje para poder seguir con mi cuartada en los bares.
- -Doy un largo trago de cerveza hasta dejar mi vaso vacío para luego dejarlo caer con fuerza sobre la mesa y hablar a todo pulmón- Y cómo te decía Darian… ¡La vida es una mierda!
- No es necesario que lo grites Kai…
- Si no lo hago perderé el avance que he hecho todas estas semanas.
- Como digas… Después de lo que me contaste no sé cómo Roy mantiene su mirada de “Estoy bien” a pesar de todo lo que vio.
- Ya sabes cómo es él, se pierde en su mundo sin importar su entorno. Una vez me quede viéndolo toda una noche cuando planificaba en la oficina de su casa. Es impresionante como canaliza toda su atención en una sola cosa como si no hubiera más nada en el planeta.
- Eh… Sí, es impresionante… (Mejor no digo nada o si no hará algo al nivel de llevar catorce vasos de cerveza)
Luego de hacer mi alboroto fingí tener mareo para poder escabullirme con Darian a la parte trasera del bar. Estando ahí no pude evitar sentir nauseas por la cantidad de cerveza que bebí por lo cual proseguí a vomitar por varios minutos.
He estado bebiendo todas las noches para poder mantener mi papel lo que ha hecho que mi salud haya empeorado. No obstante, todo ha valido la pena debido a que Darian nos consiguió información sobre organizaciones que investigan a los inhumanos en Pereyti.
El problema es que ese país ha estado constantemente en revueltas por el mal manejo del mismo. Su terreno es el más frio del continente además de ser muy montañoso lo cual complica las rutas de comercio y el transporte en general.
Les ha costado mucho poder sobrevivir por lo cual siempre los ciudadanos tienen levantamientos contra las figuras políticas cada vez que pueden.
Uno diría que es el país más débil de todos, pero lo que no saben es que gracias a esas condiciones los que llegan a convertirse en soldados son unas auténticas bestias en el campo de batalla. Solo por esa razón el pueblo no ha logrado un golpe de estado como tal, siempre son neutralizados por el poder militar de su gobierno.
Esta vez no podemos tomar las cosas a la ligera por lo cual si vamos a viajar a Pereyti tenemos que ir con aliados. Darian logro conseguir una misión en aquel país por lo cual nos tomara a Roy a mi como guarda espaldas, todo está bien montado para no dañar nuestras cuartadas.
Después de haber botado todo ese licor de mi cuerpo Darian decide ayudarme a volver a casa. No necesitaba su ayuda, pero la verdad tenía miedo de que a mitad de camino me desmayara y me ahogara con mi propio vomito.
Al llegar a la casa veo que todas las luces están apagadas excepto la de habitación de Roy, por lo mismo decido antes de ir al cobertizo para descansar procedo a subir las escaleras para hablar un rato con él.
Su habitación estaba llena de libros, hojas con anotaciones, muchos lápices y tazas a medio vaciar con café. Por un momento lo visualice como una caricatura del periódico local, sin embargo, me preocupaba demasiado por su salud, o mejor dicho nuestra salud.
Me acerque a él para preguntar como estaba, pero de la nada escucho un ronquido. Al acomodar un poco mi vista me fijo como se encontraba durmiendo encima del escritorio con varios libros debajo de suya.
– (Y yo preocupándome por su salud, de seguro lleva toda la noche así) -Golpeo con fuerza el mueble para despertarlo- ¿Cuántas horas llevas durmiendo?
– Ah… Bueno… Desde que te fuiste al medio día al bar…
– … -Procedo a echarle en la cara un poco de café-
– ¡Oye cuidado con eso que me puedes quemar!
– Es café frio por más de diez horas, no te quejes. Por cierto, ya Darian nos consiguió una misión.
– Al fin, la verdad trabajar con material que es regulado para el público no me da los avances que quiero. Necesito ir a lugares donde la SD no limite la información.
– Aunque ganarte la confianza de los altos mandos para poder conseguir esa información es un suicidio. La SD no nos ha parado en seco solo por tu padre, ahora mismo podríamos estar bajo cinco metros de pura tierra.
– ¿Te estas arrepintiendo de esto?
– Nunca he dicho eso, solo digo que más vale que tus investigaciones den fruto porque como muramos sin conseguir la cura me encargare que nunca entres al cielo.
– Calma, hasta muerto me encargare de crear la cura, solo espero como ladres muerdas a todo quien me traten de matar.
– Je… Eso espero, ve empacando tus abrigos. En tres días nos vamos a Pereyti.
– ¿Pereyti? Si Darian quería matarnos mejor era que nos disparara y ya.
– De hecho, el viene más otros dos soldados.
– Un médico, dos soldados, un guardaespaldas y un investigador, ¿Qué vamos hacer allá?
– Vamos a proteger al mismísimo presidente de Pereyti.